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Boletín 3

Ene.-Mar. /2024

VERDAD EN ACCIÓN No. 3

Una Apuesta de Trabajo en Red entre Aliados

VEA

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Cambiar el chip para vivir en paz. El reto de la transformación cultural #LasRecomendacionesSeMueven #RecomendacionesCulturaDePaz

Santiago Sánchez, Asesor Proceso de Trabajo en Red entre Aliados/as del Legado-La Paz Querida.

Sin lugar a dudas, los cambios más complicados a los que se enfrenta una sociedad son los cambios culturales. Las transformaciones en el ordenamiento jurídico se suceden con decisiones parlamentarias, el diseño institucional se ajusta por decreto, e incluso grandes cambios económicos quedan sujetos a la firma de un tratado, por ejemplo. En cambio, cambiar la manera en que se percibe el mundo, el criterio relativo del bien y el mal (la ética social), el sistema de valores de una sociedad, es tarea de titanes.

En primer lugar, los cambios culturales son de largo plazo, y es inestimable a priori cuánto puede tardar. Los parámetros que definen una cultura se instalan arduamente en el subconsciente colectivo, y se requiere de un proceso de racionalización para surtir el cambio.

Por otra parte, los cambios culturales implican modificar prácticas. Una cultura no se define sólo por su sistema de ideas y creencias, sino por la concordancia con las prácticas cotidianas. Dejar de reírse de los chistes racistas, el que los hombres se ocupen de labores del cuidado doméstico, o respetar el turno en la fila, son ejemplos de cambios culturales que se han hecho efectivos.

En tercer lugar, se trata de una misión casi que uno a uno. Los prejuicios, connotados en el lenguaje popular como algo negativo, realmente son parámetros de supervivencia que actúan como mecanismos ágiles para la toma de decisiones en entornos de alta incertidumbre. Desde un análisis estrictamente psicológico, diríamos que no es posible vivir sin nuestros prejuicios. Por lo tanto, un cambio cultural se sucede como sumatoria de una serie de cambios individuales que se dan de manera sistemática, como elecciones personales.

Otro elemento relevante es la dependencia de las élites, entendidas como los sujetos o grupos que ostentan liderazgo en un determinado sector. No se trata de los grupos familiares que más acumulan poder o dinero. Se trata de aquellos que actúan como referentes ante la sociedad. De esta manera, hay élites en el deporte, en la espiritualidad, en los medios de opinión pública, y obviamente en la economía y la política. No es posible adelantar un cambio cultural efectivo sin contar con las élites de una sociedad.

Finalmente, un cambio cultural se rige por su propósito. Como un proceso de transformación consciente, debe generar valor y ser explícito en el valor generado. Un cambio cultural que, a juicio de una sociedad, no deje un estado de cosas mejor que el que hay, difícilmente surtirá efecto.

De esta manera, uno de los hallazgos más relevantes del Informe de la Comisión de la Verdad es que la violencia, como mecanismo efectivo para dirimir nuestros conflictos, está fuertemente arraigada y aceptada en la cultura colombiana. En este sentido, se dedica todo un apartado en el capítulo Hallazgos y Recomendaciones a acciones disruptivas para el cambio cultural. En este capítulo se abordan las 67 recomendaciones que están divididas en 8 temas, en esta edición del boletín el énfasis es el tema 8: para lograr una cultura para vivir en paz (recomendaciones No. 62 a 66)

En primera instancia, se propone abordar un cambio en la Educación, que sea capaz formar sujetos que vivan en paz. Desde el Acuerdo de paz con las FARC se viene trabajando en la propuesta de una cátedra de la paz; pero no sólo compite un módulo, se trata de cómo generar habilidades blandas desde la escuela para la tramitación pacífica de las conflictividades. Además, propone la Comisión de la Verdad (CEV), sacar la violencia de las escuelas, colegios y universidades, y avanzar en la configuración de Pactos para la Paz en las Instituciones Educativas.

Un segundo bloque de recomendaciones versa sobre la relación entre ética y estética, alrededor de una estrategia y promoción de la gestión cultural que permita consolidar la cultura para la paz, que apela a la concurrencia institucional, convocando a los Ministerios para la Paz y la Reconciliación, el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Educación, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, para el diseño de una estrategia mancomunada (impacto colectivo) que genere una gran campaña de comunicaciones con alcance territorial, para garantizar el respeto a la vida, el respeto de la diversidad, la diferencia y la igualdad de dignidades, que incluya la igualdad de género y el reconocimiento de la diversidad étnica.

Por último, propone la CEV, asumir un compromiso de nación desde los referentes éticos de la sociedad, llamando a las contribuciones a la cultura para la paz desde medios de comunicación y comunidades de fe. Se sabe que sin el concurso de los medios de comunicación (masivos e independientes, nacionales y locales, corporativos e independientes) difícilmente se podrá abordar una estrategia de transformación cultural. El llamado es entonces a generar un gran diálogo nacional para fortalecer el papel de los medios de comunicación y el oficio periodístico en la construcción de una cultura para la paz, y a desinstalar las narrativas de odio.

No se parte de cero. Desde hace décadas son incontables los esfuerzos que la sociedad civil, las organizaciones y movimientos sociales, las instituciones públicas locales y territoriales, y las comunidades de fe vienen haciendo para desinstalar la violencia de la cultura. Son también ingentes los esfuerzos que hacen las organizaciones de mujeres y LGBTIQ+ por hacer de la nuestra una cultura incluyente, desterrando el machismo y la homofobia de nuestra cultura política.

En esta Edición del Boletín ‘Verdad en Acción’ n° 3, hemos querido destacar y visibilizar el esfuerzo de valientes que no se amedrantan por la dimensión de la tarea, que asumen retos de gran envergadura. Recuperar el generoso aporte de los movimientos de género a la agenda pública. Aliados que con creatividad, ingenio, conocimiento especializado y profundo amor, inventan lenguajes y estéticas para construir el país que nos merecemos, transformando la Cultura para vivir en Paz.

Trabajo en Red entre Aliados del Legado de la Comisión de la Verdad.
Plataforma SEREMOS:
COLOMBIA 2023
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