Garantizar el direccionamiento civil sobre las Fuerzas Militares, la Policía y los organismos civiles de inteligencia, de manera que se fortalezca la gobernanza civil, los controles, mecanismos de supervisión y las responsabilidades derivadas de tal direccionamiento. Para ello, se recomienda: * Separar a la Policía Nacional del Ministerio de Defensa y ubicarla en otro o en un nuevo ministerio, como una medida necesaria, mas no suficiente, para avanzar en el fortalecimiento de su carácter civil y de la gobernanza en materia de seguridad ciudadana, rural y urbana. * Ajustar la arquitectura institucional a nivel nacional en materia de liderazgo, coordinación y articulación entre las instancias con competencias en materia de seguridad por una parte y de defensa por otra, lo que permitiría la consolidación de un equipo técnico civil sólido y estable que contribuya a garantizar el direccionamiento civil de las entidades del sector. * Fortalecer las capacidades y las competencias de las autoridades territoriales (departamentales y municipales), incluyendo las autoridades étnicas, para garantizar la gobernanza civil en lo local de la seguridad y la convivencia. * Garantizar la coordinación entre el gobierno nacional y los gobiernos territoriales con el fin de que los lineamientos de política en materia de seguridad atiendan a las necesidades territoriales y de las comunidades y sectores poblacionales, tanto a nivel urbano como rural.